Todas las calles de mi ciudad
llevan tu nombre y mi apellido,
o viceversa.
Y en casi todos los bares,
donde alguna vez nos miramos,
quedaron esparcidas
pequeñas nubes de esperanza,
aguaceros
y diluvios.
Alguna vez lloraste,
aunque al final siempre reías
y yo también reí porque tu risa es mi aquelarre,
es mi "fly me to the moon"
“In other words”,
yo también lloré mis noches de neón,
en marquesinas mudas de caricias
aunque vos nunca me vieras...
porque ya sabes aquello,
de que "los hombres nunca lloran"
6 comentarios:
A raiz de tu comentario en mi blog (gracias), he venido a conocerte y me encantó tu poema de hoy, sintonicé con él,me habló de cosas conocidas....
Me quedo por aquí para seguir leyéndote.
Todos lloramos, los hombres también aunque no esté bien visto. Si una persona quiere ser fiel a sí misma, a veces se ve oblidada a nadar contracorriente y eso tiene un precio. No serlo tambien pues suele aumentar el importe.
Un abrazo
Rosario
"El que ama,ríe o llora
no pasa por la vida
la vive"
Esta es mía.
Es todo un poemazo.
Y el azar, me trae...me quedo.
duelen esas marquesinas el cero siempre ahoga
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